POSTURAS SEXUALES

El galgo


Descripción:
Ella se coloca a 4 patas y él, de rodillas, la penetra por detrás.

Lo que esta postura estimula:
Todo un poco. La postura del galgo permite una penetración muy profunda, una unión total de los cuerpos. Además, se puede penetrar también por otro sitio (sexo anal). Y de ahí se pueden explotar diversas sensaciones.

¿Para quién?
Para aquellos que les guste el contacto, y que no les hace falta mirarse a la cara para saber que se quieren. También es adecuado para las mujeres embarazadas (hasta el final del segundo trimestre, el vientre se siente libre). ¡Y para aquellas parejas que opinan que todo es bonito cuando hay amor!

Variante:
En lugar de estar a 4 patas, la mujer se puede tumbar boca abajo y su pareja se tiende también sobre ella. La penetración es menos profunda, pero el contacto de ambos cuerpos es muy íntimo.


Andromaca

Descripción:
Él tumbado boca arriba y ella sentada encima de él...¡para controlar la situación!

Lo que esta postura estimula:
¡Todo lo que quieras!Tú eres quien eliges la inclinación de tu cuerpo. Según el ángulo, te estimulará el punto G, el punto A, ¡o bien cualquier otro punto erótico! ¿No es genial? Además, tú eres quien controla los movimientos del vaivén, y de las pausas; ¿qué más se puede pedir?

¿Para quién?
Está destinado a aquellos que quieran turnarse y marcar el ritmo. Aquellos que les guste dar y recibir, actuar y luego dejarse llevar, y viceversa. Para aquellos que les guste la igualdad y el reparto de tareas en la pareja. También es adecuado para aquellos que les guste sonreirse y mirarse a los ojos durante esos momentos de placer. ¡Y para los hombres que eyaculan demasiado rápido!. Esta postura tiende a frenarles sin dejar de sentir placer.

Variante:
Ella se puede acostar sobre él, como en la postura del misionero a la inversa. El contacto de los cuerpos se hace más íntimo, pero el contacto sexual es menos estimulante, ya que el ángulo de penetración queda fijado.

La opinión de Carmela: Me gusta que Julio me acaricie el pecho mientras yo voy subiendo de temperatura. Me parece muy excitante sentir que soy yo quien le da placer. Noto que tengo menos resistencia que él en lo movimientos de vaivén, por lo que cuando le toca a él, aguanta mucho más. ¡Así que lo practicamos muy a menudo!

El misionero

Si solo tuviéramos que quedarnos con una postura, sería ésta. Es la postura por antonomasia. Es un clásico. Los seres humanos somos los únicos que la podemos practicar.

Descripción:
Ella se encuentra tumbada boca arriba, con las piernas abiertas y él se tumba sobre ella.

Lo que esta postura estimula:
El sexo del hombre más que el de la mujer. Efectivamente ella siente la penetración y la inclinación del pene en su vagina. ambos cuerpos han de compenetrarse bien para llegar al sumum de los placeres.

¿Para quién?
Para los enamorados que quieren sentir el cuerpo del otro. Para los principiantes que no quieren que la primera vez sea un fracaso. Para aquellos que desean hacer el amor sin hacer malabarismos, sin cansarse demasiado.
Para los hombres que les gusta juegar con su sexo: una penetración lenta, rápida, profunda, que quieren variar el ritmo. Es la postura ideal.

Variante:
La mujer comprime las piernas. La penetración sigue siendo posible, aunque sea algo más difícil. Y la ventaja es que la vagina parece mucho más profunda, más comprimida, ya que la entrada se vuelve más estrecha y tiene continuidad con la vagina.

La opinión de Juan: Odio hacer el amor al estilo papá-mamá. ¡No me excita absolutamente nada! Ahora que ya tengo práctica, ¡prefiero las posturas más originales! 

La cuchara

Descripción:
Ambos permanecen tumbados hacia el mismo lado. La espalda de la mujer está contra el pecho del hombre.

Lo que esta postura estimula:
La penetración vaginal por detrás suele ser bastante profunda, por lo que es agradable para ambos.

¿Para quién? 
Para aquellos que no tienen ganas ese día de probar otras hazañas y prefieren el cariño y la ternura. Para aquellos que se sienten cansados, pero sin embargo, tienen ganas de hacer el amor. ¡Al volver tarde de una noche de fiesta, puede ser una buena opción!

Variante: 
Para sentir más placer, la mujer se puede inclinar hacia adelante. Su espalda ya no toca el pecho de su pareja, ¡pero consigue un placer más intenso! Ya que la penetración es mucho más profunda.

La opinión de Leticia: Es la postura del amor sosegado. Me gusta, pero prefiero las posturas más pasionales, más activas. Pero bueno, cuando una pareja lleva tiempo junta, no siempre tienes momentos pasionales como suele ocurrir los primeros días de la relación. Por lo tanto, hay que saber apreciar también ese postura sosegada y tranquila. Y os aseguro que he tenido orgasmos intensos en esta postura, y de hecho, ¡a veces complétamente inesperados! Quizás porque cuando permanecemos tranquilas, ¡nos dejamos llevar más por el placer! 


La doma

Descripción:
Él está sentado sobre una silla, un sofá o sobre la cama; y ella se sienta sobre sus rodillas, con las piernas abiertas, frente a él.

Lo que esta postura estimula:
Permite una penetración mucho más profunda. El único "pero" es que los movimientos están limitados. ¡No mucho margen de maniobra! Pero los cuerpos están uno contra el otro. Y si los vaivenes son limitados, se puede estimular los extremos de la vagina por movimientos de rotación.

¿Para quién?
¡Para los enamorados que siempre han soñado con hacer algo más en los bancos públicos! Para aquellos que están hartos de tener que hacer el amor siempre tumbados.

Variante: Ella está sobre él dándole la espalda. Así, la mujer puede elegir fácilmente el ángulo de penetración inclinándose más o menos. el placer está garantizado.

La opinión de Karina: Probé esa postura en el campo. Ambos estábamos vestidos. Él estaba sentado sobre un tronco y yo con la falda levantada, sentada sobre él. Era una fantasía que teníamos, ¡por lo que las sensaciones fueron increíbles! 

El 69

Descripción:
El hombre y la mujer están tumbados de pies contra cabeza, de lado, o uno d elos dos boca arriba y el otro encima. Ambos gozan con las caricias bucogenitales. La felación y el cunilingus se aprecian al mismo tiempo.

Lo que esta postura estimula:
¡Todo lo que los labios y la lengua puedan estimular! Esta zona del cuerpo es idónea para dar placer, ya que se mueve con facilidad. Para las mujeres llegan al séptimo cielo cuando se les acaricia el clítoris; y en cuanto a los hombres, el glande es la zona del pene más sensible al tacto y una fuente importante de placer sexual para el hombre. así que ya sabes: caricias suaves, húmedas... ¡al igual que en el clítoris!

¿Para quién?
Para aquellos a quienes les encanta el cuerpo del otro, sin tabús y sin impedimentos. A quienes les gusta besar por todo el cuerpo, acariciarlo, chuparlo, hacer cosquillas.

La opinión de Fátima: Me gusta mucho el cunilingus y la felación (lo sé, no es muy romántico utilizar estos términos) Me gusta uno después de otro. Cuando se practica al mismo tiempo, encuentro que es difícil concentrarse en el otro y disfrutar del propio placer al mismo tiempo. Así que varío: primero me ocupo de él y luego dejo que se ocupe él de mí, y así sucesivemente. Creo que es más natural de esta forma. 

De pie

Descripción:
Ambos están de pie, cara a cara. Sus respectivos bustos se tocan y sus piernas se doblan afín de encontrar la altura ideal que permitirá la penetración.

Lo que esta postura estimula:
Esta postura no proporciona una penetración muy completa y demanda cierta concentración para mantenerse en pie. Y esto impide dejarse llevar complétamente.

¿Para quién?
Para aquellos que les guste hacer el amor en la naturaleza. ¡Aunque el suelo esté húmedo o lleno de ortigas! Para aquellos que sean más o menos de la misma altura, o por lo menos, no haya mucha diferencia. De no ser así, puede resultar peligroso, a menos que se haga uso de un taburete o de un tronco de árbol para el más bajito de los dos.

Variante:
El hombre se mantiene de pie, coge en brazos a su pareja y la sujeta por sus caderas; ella le rodea con sus piernas. La penetración es mejor, los placeres más intensos, ¡pero es agotador! ¡Y es que todo lo bueno cuesta!

La opinión de Cristina: Practiqué esta postura cuando conocí a mi marido. Hacíamos el amor en cualquier sitio. Sin embargo, admito que prefiero la comodidad, y sobre todo tomarse el tiempo en los preliminares. Además, he conseguido que mi marido los aprecie y disfrute, y creo que nos ha aportado mucho a los dos. Para mí, la postura en la que hay que estar de pie, ¡es la postura de los enamorados que se reencuentran y no pueden esperar más para fundirse el uno con el otro! 

La variante del misionero

Descripción:
La mujer está tumbada boca arriba, las piernas bien apretadas. El hombre se tiende sobre ella y la penetra entre sus muslos si entrar en la vagina. Y empiezan los movimientos de vaivén.

Lo que esta postura estimula:
El hombre siente la presión sobre su pene como si lo estuviera introduciendo en la vagina. La mujer disfruta del contacto entre la vulva y el clítoris.

¿Para quién?
Para los hombres y las mujeres que prefieren mantenerse vírgenes por principios personales o por umotivos religiosos. Para aquellos que se mueren de ganas de hacer el amor, ¡pero no tienen preservativo!.

Variante: 
¡Entre los pechos! El hombre siente placer e incluso puede ser una fantasía. ¡Aquí es riesgo de embarazo es todavía más reducido!

La opinión de Silvia: Me daba miedo hacer el amor por primera vez, temía el dolor que podía sentir. Mi novio tenía miedo de no saber hacerlo tampoco. Estabamos bastante nerviosos y no éramos más que unos principiantes. Esta postura nos salvó, nos vino genial. Empezamos así y fue un éxito. Y así, poco a poco, cada vez llegábamos más lejos.